El gran Límite ha tornat a disputar la mítica cursa acompanyat dels companys de feina.
Ja ha arribat després de molt de temps, l'esperada crónica del gran Límite:
Ja ha arribat després de molt de temps, l'esperada crónica del gran Límite:
Cuenta la leyenda que, en tiempos
pasados, existió una figura patriarcal de apodo Richal Jonh-un. Este, nuestro líder, impuso las tres leyes
básicas del corredor (inspirado por Isaac Asimov y sus tres leyes de la
robótica):
1-
Todo corredor que se precie pasará por el trono
blanco del señor roca y aligerará su peso en un 10 %.
2-
Todo aquel que quiera llegar a ser finisher
entrenará con esfuerzo y sacrificio.
Nunca le faltará el caramelillo de menta en la línea de salida.
3-
Y la
tercera y última ley básica. Quizás la única ley inquebrantable,
inviolable…diría más…sagrada y mística. Jamás,
jamás, jamás volveréis a apuntaros a la cursa de las ánimas del purgatori.
En tiempos presentes, corrían
rumores que un tal socio nº11 estaba a punto de quebrantar la tercera ley del
corredor. ¿Sería capaz de hacerlo?¿ No sería peligroso? ¿El mundo sería absorbido
por un agujero espacio-tiempo? Mucha gente vio al socio nº 11 pasarse por el
forro la tercera ley y pudieron extraer sus impresiones una vez terminada la
carrera. A continuación dejo el escrito de cómo sucedió:
En un día de lluvia fui dirección
a Aiguafreda para correr la cursa prohibida. Esta vez la distancia era de 9 km
con un desnivel de 350 metros. Vertical, nocturna y prohibida, todo un lujo. Al
recoger mi dorsal se me inundaron los ojos de lágrimas. Ya sé que solo éramos
50 corredores aprox. en mi distancia, pero yo lucia un flamante dorsal “número
1”. Una vez superado este impacto pregunté a la organización por este
privilegio. Su respuesta fue rápida y directa: Saltándote las leyes de tu
propio club que menos que te demos el número 1.
Estábamos preparados, los
corredores de la cursa corta y larga, en la línea de salida y con un tiempo sin
lluvia. Aproximadamente 200 corredores que, año tras año, se van quitando de
correr esta prueba tan peculiar. Sin ninguna dificultad afrontamos los seis km
de subida progresivos que dan desnivel a este evento. Los tres km restantes
eran de bajada con las temibles losas mojadas. Mi culo y muslo comprobaron lo
duro que está el suelo. No hay zapatilla en el mundo que agarre en este
terreno. Una vez cruzada la línea de meta hay que dar gracias de que estás
íntegro. La organización es muy humana, hidratación, bocadillo de buti y
medalla de trozo de árbol. Quizás nos faltó esa camiseta del evento para poder
decirle al mundo: ¡¡¡Miradme, yo estuve aquí y sigo vivo!!! Y puesto a pedir
que me borden en la parte trasera de la camiseta: Para límite, nuestro dorsal
number one.
Les dades Garmin de l'Antonio.5a CURSA LES ANIMES DEL PURGATORI |
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